¿Cómo puedo conservar los jabones y champús para que no se deshagan con el agua y duren más?
Nuestro jabón y champú no contiene conservantes, tan solo vitamina E como antioxidante, y están elaborados con aceites vegetales. Por lo tanto, es muy importante conservar las piezas secas entre usos. Las jaboneras con drenaje ayudan a conservar y a prolongar la vida útil de las piezas.
¿Cuánto tiempo duran y cuántos usos tienen vuestros jabones y champú?
Trabajamos con aceites vegetales que suelen tener entre 12 y 18 meses de consumo preferente. Como elaboramos semanalmente, el producto que adquieres suelen estar recién hecho. Por lo tanto, nuestros productos pueden usarse durante un año tras la adquisición, aunque recomendamos usarlos en los primeros 6 meses tras su compra, para poder aprovechar al máximo los principios activos de las plantas utilizadas.
Los champús suelen durar unos 60-70 lavados y los jabones unas 6 semanas con uso diario de una persona. Es muy importante que se conserven secos entre usos para prolongar su vida útil.
¿Qué puedo hacer cuando se rompe el champú y se queda en trocitos?
Nuestro champú no contiene ningún aglomerante o compactante y es posible que cuando está llegando al final se rompa, sobre todo si no se seca totalmente entre usos. Los trocitos finales se pueden guardar en nuestro saquito de algodón para champú o en un saquito de organza para aprovecharlos. Si se conserva bien pueden durar casi hasta el final entero.
¿Utilizáis parabenos o algún conservante?
No, nuestros productos son anhidros, no contienen base acuosa y por lo tanto no necesitamos utilizar conservantes, tan solo vitamina E como antioxidante.
¿Estáis registrados en la Agencia Española del Medicamento?
Todos nuestros productos están registrados en el CPNP (Cosmetic Product Notification Portal) y laMalvaflor está dada de alta en la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS).
Aunque consumáis productos artesanos (sobre todo formatos sólidos) recordad que es imprescindible que dispongan de registro sanitario y, por lo tanto, de un etiquetado completo, informando de todos los ingredientes, alérgenos (si los hubiese) y empresa responsable.
Debe aparecer un INCI (International Nomenclature of Cosmetic Ingredients) completo, un número de lote, fecha de consumo preferente, modo de empleo, además de otras informaciones complementarias
Es la única garantía que tenemos como usuarios de que estamos ante un producto trazado y seguro.
¿Cómo se utiliza el champú y el acondicionador sólido?
Ambos productos se utilizan aplicando directamente la pieza (previamente humedecida) por el cabello mojado. El champú genera espuma pero el acondicionador no, tan solo se percibe una textura sedosa que se va extendiendo de medios a puntas.
¿Tengo la raiz grasa pero las puntas secas, cuál es el champú que debo usar?
Es muy habitual enfrentarse a un cabello así. Nosotros recomendamos siempre usar un champú para pelo graso (arcilla verde, arcilla ghassoul, o incluso shikakai o el de yogur y cúrcuma) y tratar las puntas de manera independiente. Para ello se puede utilizar nuestro acondicionador sólido y/o complementar con algún aceite vegetal en las puntas.
¿Cómo se utilizan vuestros aceites corporal, facial y capilar?
El aceite corporal se utiliza como si fuese una crema hidratante, lo ideal es extenderlo con la piel limpia. Se pueden usar tanto en piel húmeda como seca. Con la piel húmeda se extienden mejor pero tarda un poco más en absorberse. Con la piel seca se absorben más rápido y facilita que puedas vestirte sin “manchar” la ropa.
El aceite facial se utiliza principalmente por la noche, después de haber limpiado bien la piel. Los motivos de usarlo por la noche son básicamente dos: primero, evitar la exposición solar y, segundo, aprovechar la inercia de los procesos metabólicos que se activan durante la noche. Dicho esto, si no va a haber exposición directa al sol, se podrían utilizar en otros momentos del día.
El aceite capilar necesita “horas” para ser efectivo. Lo ideal es aplicarlo (desde la raíz a las puntas) antes de acostarse, y lavar bien por la mañana.
¿Cómo obtenéis el color de vuestros jabones y champús?
Muchas de nuestras piezas adquieren el color natural del principio activo utilizado (arcillas blanca, verde o ghassoul, cacao, avena, cúrcuma, algas, etc.) En otras utilizamos pigmentos de origen natural como las tierras o las micas.
¿Qué perfumes utilizáis en vuestros productos?
Utilizamos aceites esenciales o aceites de perfume. Suministrados por un proveedor europeo de calidad y prestigio contrastado, y aunque los aceites de perfume aparezcan en la lista de ingredientes con la denominación “parfum” el fabricante los describe así: “son extractos de alta calidad de ingredientes naturales que se mezclan con aceites esenciales reales y forman algo completamente nuevo: una composición de perfume natural que combina el carácter de un perfume con ingredientes puramente naturales, brindándole una fragancia altamente concentrada que debe usar en dosis mucho más bajas. Nuestras composiciones de fragancia están disponibles en una amplia variedad de orientaciones y se puede utilizar en una amplia variedad de aplicaciones. Nuestros aceites de perfume para cosméticos naturales cumplen con la norma ISO 9235”.
¿En qué se diferencian los jabones artesanos de otros jabones?
El jabón artesano (para uso cosmético) está elaborado por el método de saponificación en frío. Es un proceso laborioso fruto de la formulación precisa, en el que se mezcla un álcali con una grasa. Lo habitual (como es nuestro caso) es utilizar aceites vegetales de calidad. La curación se alarga hasta las 6-8 semanas, no se pueden fabricar a gran escala y no resulta especialmente rentable para la industria cosmética.
Los jabones sólidos “comerciales” o los jabones de “glicerina” suelen incorporar sulfatos e infinidad de ingredientes químicos y conservantes. Son bases sintéticas prefabricadas que no utilizan un álcali y que dan como resultado una base sólida que carece de jabón ya que no se produce la saponificación.
¿Vuestros jabones llevan sosa cáustica?
Elaboramos nuestro jabón por saponificación en frío. Es un proceso por el cual una grasa (aceites vegetales en nuestro caso) se unen a un álcali (hidróxido de sodio en nuestro caso) para formar jabón y GLICERINA.
Si se formula correctamente, el hidróxido de sodio reacciona con los lípidos y forma jabón y glicerina, es decir, DESAPARECE.
En la formulación adquiere un papel fundamental el sobreengrasado (eso que tantas veces os explicamos en la tienda).
El sobreengrasado es el aceite “de más” que lleva la fórmula. Tiene la doble misión, primero de asegurarnos que toda la sosa queda neutralizada, y segundo, como es aceite que no se saponifica dota al producto final de las propiedades deseadas. Aquí adquiere un papel muy importante el equilibrio entre ácidos grasos saturados e insaturados. De ahí lo importante de formular correctamente.
El sobreengrasado se expresa en porcentajes y es efectivo a partir de un 5%. Nuestros jabones están sobreengrasados con un 10%.
No todos los aceites tienen las mismas propiedades para sobreengrasar. Y se requiere de un buen conocimiento de ellos y de la técnica para introducirlos en el proceso.
Resumiendo: un jabón artesano bien formulado "no lleva sosa” si no que utiliza la sosa para provocar la saponificación.
Importante: como os estamos explicando, la saponificación genera jabón y GLICERINA. Glicerina natural, derivada de la reacción de saponificación. Esa es la glicerina “buena”, por eso cuando hablamos de “jabones de glicerina” hablamos normalmente de una base sintética (con sulfatos) a la que se le añade glicerina y algún aceite esencial o vegetal. Se trata de un producto muy distinto y en absoluto comparable a un jabón artesano.